Los alquileres temporarios para turismo no tienen un plazo mínimo, mientras que los alquileres de largo plazo sí lo tienen. Los alquileres de largo plazo son mínimo de 2 años (si el destino del alquiler es para vivienda) o de 3 años (si el destino del alquiler es comercial). No obstante ello, normalmente los contratos de alquiler prevén la posibilidad de resolver anticipadamente los contratos: generalmente, el locatario puede terminar el contrato después de 6 meses, siempre que notifique fehacientemente al locador (por ejemplo, por carta documento) con 60 días de preaviso y el pago de una penalidad.