Muchas veces como clientes nos hallamos en una posición de relativa “indefensión” frente al profesional al que debemos acudir para la solución de nuestro problema, ello porque existe una lógica asimetría de información entre lo que yo sé y lo que un abogado sabe.

Cómo saber si existe algún conflicto de interés, si tiene tiempo suficiente para atender mi asunto, si seré o no capaz de costear sus honorarios y qué expectativas puedo hacerme frente a la solución de mi problema, son algunas de las preguntas más frecuentes. Por ello, es de vital importancia que antes de contratar los servicios del profesional en cuestión, se discutan con él estos aspectos.

En Chile, existen dos tipos de abogados, aquellos que deciden colegiarse y aquellos que no lo hacen. A la hora de optar entre uno y otro, el cliente debe saber que frente a la primera categoría, vale decir los abogados colegiados, existe la posibilidad de concurrir al Colegio de Abogados para denunciar una mala práctica profesional. Esto es una ventaja desde el punto de vista del “consumidor” dado que dichos profesionales están sujetos a un Código Ético que regula su conducta, y que según el propio Colegio dignifica la profesión.

Con independencia de qué tipo de abogado sea al que se va a recurrir, se recomienda al cliente que efectúe las preguntas antes mencionadas para evitar sorpresas desagradables a futuro.