La representación de un abogado no es estrictamente necesaria para todos los asuntos legales en Argentina. Por ejemplo, una sociedad comercial puede constituirse con la ayuda de un contador, sin asistencia de un abogado. Numerosos trámites administrativos (como los trámites de inmigración, de jubilación, de transferencia de automóbiles y de protección de marcas y patentes) no exigen representación legal, aunque ésta es ciertamente recomendable.
La representación de un abogado sí es necesaria para toda actuación en juicio (incluyendo los trámites de sucesiones) y para mediaciones prejudiciales.