Ya fue aprobada la ley que crea tres nuevas Cámaras de Casación en Argentina. Los fueros de las nuevas cámaras son el laboral, contencioso administrativo y civil y comercial.

En lo que a nosotros nos ocupa vamos a comentar los efectos de la nueva cámara de casación laboral.

Mal puede interpretarse que al crear otro tribunal en la justicia de trabajo, los trabajadores se ven favorecidos al ampliar la capacidad de la justicia. Esto es y no es cierto. Si se duplicaran los tribunales de trabajo de primera instancia, entonces las causas deberían ser más rápidas, y por ello la calidad de la justicia laboral estaría mejor. ¿Por qué es diferente entonces si se crea un tribunal superior o se agrega una instancia más?

Para entender porque crear una instancia más hay que comprender las consecuencias del proceso de apelaciones. Digamos que soy despedido injustamente luego de 20 años de servicio. El monto indemnizatorio que prescribe la ley para el caso es muy elevado. El empleador juega con los tiempos y necesidad del empleado en contraste con los largos plazos judiciales y la inflación para ofrecer una indemnización mucho menor que la legal.  Ahora supongamos que el empleado no quiere realmente aceptar la indemnización y recurre a la justicia.

Normalmente el plazo para obtener sentencia condenatoria en la justicia laboral es larga. Al plazo hay que sumarle los plazos de apelaciones porque hasta que no se agote las instancias de apelación, si el empleador apela, el empleado no recibe el monto indemnizatorio hasta que se decidan las apelaciones!

Es cierto que se aplican intereses a la sentencia final que dictamina el pago. Pero pueden haber pasado 5 años en los cuáles el empleado no percibe un centavo y además la tasa de interés que se aplica no es la tasa de inflación real.

Al crear una nueva instancia se generan dos consecuencias muy desfavorables para los empleados. En primer lugar el empleador va a especular con que tiene más instancias de apelación por lo que puede dilatar más el pago, lo cuál es más perjudicial para el empleado, entonces le puede ofrecer menos plata para la indemnización. La segunda consecuencia desfavorable es que el empleado que quiera recurrir a la justicia va a tener que esperar aún más tiempo para recibir la indemnización que le corresponde.